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Ácido hialurónico: la guía definitiva sobre este popular componente inyectable de múltiples beneficios

Que levante la mano quien no haya oído hablar nunca del ácido hialurónico (AH). En una sala llena de gente, probablemente nadie (o muy pocas personas) se alzarían ante esta pregunta. Pero ¿sabemos al 100% de qué se trata exactamente? Muchas de nosotras poseemos cosméticos que lo contienen (sérums, cremas…) e incluso nos hemos planteado alguna vez realizarnos un tratamiento estético con este compuesto, aunque hay muchos detalles que se nos escapan y que nos pueden llegar a crear mucha incertidumbre.

Por ello, hemos recurrido a la ayuda de varios doctores con gran experiencia en el sector de la belleza, que nos han resuelto todas nuestras dudas y nos han dejado claro que si hay un producto con propiedades versátiles por excelencia, ese es el ácido hialurónico, siempre garantizando su seguridad y eficacia.

¿Qué es exactamente el ácido hialurónico?

«El AH es una molécula que tenemos presente de forma natural en nuestro cuerpo. Se encuentra en diversas zonas como en las articulaciones, la piel o los ojos, y cumple muchas funciones como ofrecer soporte a los tejidos o mantener la hidratación», explica en pocas palabras la Doctora Mar Gonzálvez, cuya clínica estética está ubicada en Alicante.

¿Por qué el ácido hialurónico forma parte de la medicina estética como un componente fundamental?

En línea con la cuestión anterior, el AH se encuentra dentro de la medicina estética por su capacidad de retener agua. «Las características higroscópicas del ácido hialurónico consiguen que sea capaz de secuestrar agua. Es decir, puede retener por más tiempo y en más cantidad el agua que pueda haber en la zona, y esto permite que los tejidos estén mucho mejor hidratados», concede el Dr. Lajo Plaza, con centro médico en el madrileño barrio de Salamanca. «Al inyectarse, el ácido hialurónico estimula la producción de colágeno y elastina, lo que mejora la calidad de la piel a largo plazo. Además, fomenta la hidratación profunda y apoya las funciones del tejido, lo que se traduce en una piel más luminosa, firme y saludable desde el interior», complementa también el Dr. Víctor Hidalgo (disponible en Mallorca y Menorca) sobre sus propiedades bioestimuladoras.

No obstante, para el Dr. Lajo Plaza la razón principal por la que se le puede calificar dentro de la medicina estética se debe a su versatilidad y a que «podemos modificar las características del ácido hialurónico para conseguir unos u otros objetivos«; algo que también nos confirma la Dra. Gonzálvez: «El AH puede ser modificado por agentes externos (tras, lógicamente, su correspondiente investigación), y esto permite fabricar diferentes tipos que permitan adaptarse a las características concretas de cada tejido de nuestro organismo con el paso del tiempo. Resulta increíblemente versátil».

¿Cuánto dura su efecto?

Los expertos señalan que hay tres factores que intervienen en la duración del tratamiento: la zona que vayamos a tratar, el tipo de ácido hialurónico que se emplee y, en tercer lugar, el paciente y su modo de vida. «Evidentemente, pacientes fumadores, con mucho daño solar o que se exponen mucho al exterior y no cuidan cosméticamente de su piel, van a ver una duración menor», explica el Dr. Lajo Plaza. Asimismo, señala que «no es lo mismo hacer un tratamiento en una paciente de 30 años, donde dos o tres años después prácticamente las características de la piel van a ser las mismas, que hacer el tratamiento en una paciente de 40, 50 o 60″. Y, en cuanto al tipo de AH, explica que este puede tener un concepto puramente revitalizador, cuyo efecto dura unos meses; mientras que si lo usamos «a modo de filler para buscar cambios en las estructuras, generar volúmenes o corregir defectos, va a durar muchísimo más», sentencia.

¿En qué zonas del rostro se puede aplicar y con qué motivos?

Este producto destaca por su inmensa versatilidad. Tal y como enumera el Dr. Hidalgo, se puede emplear: «En el tercio superior para mejorar la apariencia de arrugas finas en la frente y el área periorbital (como las patas de gallo); en el tercio medio, donde es ideal para restaurar volumen en las mejillas, realzar pómulos y corregir ojeras; y en el tercio inferior, donde es efectivo para definir el contorno mandibular, el mentón y mejorar el perfilado de labios». Eso sí, el objetivo final es armonizar el rostro, a la par que se aporta un extra de hidratación, y lograr así un rejuvenecimiento natural.

Teoxane se caracteriza por tener en cuenta el dinamismo facial, ¿por qué es esto importante?

Hay que tener en cuenta que nuestra cara está en constante movimiento, no es algo rígido, ya que sonreímos, hablamos y gesticulamos todo el tiempo. «El dinamismo facial es clave para lograr resultados naturales. Teoxane desarrolla productos que se integran perfectamente con el tejido y se adaptan a los movimientos naturales del rostro, lo que garantiza que el resultado sea armónico y conserve la expresión individual del paciente. Es un enfoque que prioriza no solo la estética, sino también la funcionalidad», concede el Dr. Hidalgo sobre las bondades del ácido hialurónico de Teoxane.

¿Qué es la huella estética positiva y cómo podemos conseguirla?

«Cuando hablamos de huella estética, nos referimos a los efectos que pueden desencadenarse en el rostro tras procedimientos médicos. Estos efectos pueden ser tanto negativos como positivos, aunque cualquier profesional cualificado realiza sus procedimientos con el objetivo de que los efectos a largo plazo sean positivos», nos explica el Dr. Antonio Muñoz desde su consulta en Alicante. Y para conseguir un buen resultado es indispensable recurrir a la ayuda de profesionales que estudien las necesidades específicas de cada paciente.

«Debemos tener muy clara la anatomía de cada persona, en qué fase de envejecimiento está, qué tipo de vida ha llevado, etc. Una vez hemos hecho ese análisis decidimos con el paciente cómo y de qué forma comenzamos. Para ello, debemos seleccionar el tipo de ácido hialurónico adecuado a cada capa facial y respetar sus tiempos, tratando desde la piel hasta el hueso. Así, podemos tener la tranquilidad que la huella estética será positiva hoy, mañana y siempre, porque la responsabilidad de no pasarse es del médico. No se trata de rejuvenecer. La mayoría lo que busca es verse bien para sentirse bien, y eso sí es posible«, concluye la Dra. Mar Gonzálvez.

¿Qué es realmente el fenómeno pillow face?

La llamada pillow face (‘cara de almohada’ en castellano) se ha popularizado debido a la hinchazón o artificialidad que a veces se percibe en rostros que se han sometido a tratamientos estéticos. Pero este efecto tiene una clara explicación para los expertos, y esa es una interpretación incorrecta de lo que es el ácido hialurónico. «Para mí lpillow face es una mala interpretación por parte del médico de cómo se debe de utilizar el ácido hialurónico en el rostro de los pacientes. Es importante establecer cuáles deben ser los criterios estéticos a los que nos tenemos que atener. Lo que tenemos que hacer es resaltar las virtudes y, sutilmente, esconder los defectos, pero no generar transformaciones«, explica el Dr. Lajo.

Por otro lado, los expertos destacan que con el auge de las redes sociales, ha habido cierto descontrol en el sector de la estética, ya que esto ha hecho que se busquen resultados inmediatos en lugares poco adecuados, e incluso que algunos pacientes reclamen tratamientos casi irrealizables. Eso sí, “si utilizamos productos de calidad, se inyectan en los planos anatómicos adecuados y se respetan los tiempos de inyección, solo conseguiremos producir un efecto de envejecimiento elegante, sin producir cambios que puedan deformar la anatomía”, cierra la cuestión el Dr. Muñoz.

¿Entonces, cómo podemos evitar un resultado artificial?

Según el Dr. Lajo, la clave está en adaptarse a la morfología natural de cada persona, intentando que los tratamientos «embellezcan, no transformen, porque es en ese momento cuando empezamos a ver signos de artificialidad». Nos explica además que debe de haber una gran consciencia acerca de cómo se comporta el ácido hialurónico en el rostro y cómo lo manejamos. “Son importantes la técnica que utilicemos, la cantidad que pongamos en cada zona y la forma en que realizamos los depósitos, así como la frecuencia. Todo esto influirá enormemente no solo en el resultado estético (lo que vemos por fuera), sino también en lo que sucede dentro. Esta simbiosis entre el ácido hialurónico y el tejido es algo crucial”, finaliza.

Fuente: vogue.es